Crónica


Fotograma de "El hombre de la cámara de cine"

De Dziga Vertov a Michael Nyman

Fecha de escritura: 15/09/11
Publicación: HM

El músico y ahora cineasta Michael Nyman regala veinte minutos de su experimentación audiovisual en el Museo del Chopo de la ciudad de México. Allí estará hasta el 15 de enero de 2012. Llamada “Cine Opera”, continúa las pautas que hace más de ochenta años dejó Dziga Vertov con su Man With The Movie Camera.
Nyman habría musicalizado la obra de Vertov en 2002, apoyado por la British Film Institute, sumándose a otras notables musicalizaciones que se han hecho a este film: por ejemplo, la de Alloy Orchestra –inspirada en notas del mismo Vertov y por eso, la más fiel a la obra-, la de Cinematic Orchestra, que oscila entre el jazz y la música clásica, y la del mexicano Alex Otaola, a pedido de la Cineteca Nacional.
Desde entonces, el creador habría quedado bajo el influjo de Dziga Vertov. Musicaliza también “El undécimo año” y “La sexta parte del mundo”. En 2010 dirige “Nyman with a movie camera”, sin guión, sin actores, sin sets, y con un escenario (a diferencia del Odesa y unas pocas ciudades rusas de Vertov) de más de sesenta países. De la ciudad de México, ciudad a la que ha tomado cariño, en la que vive, hay más de un plano. Lo que refiere a la exposición en el Museo del Chopo es una secuencia sobre el Teatro Cine Opera de Santa María la Ribera, construido en 1940 por el arquitecto Félix Nuncio, en el presente destruido, luego que el techo cayera durante un concierto de Bauhaus. Con una cámara Lumix, el compositor comenzó su captura de imágenes. Le atraía la luz que se filtraba por el techo, los asientos enterrados o aún de pie pero vacíos, el cine derruido, el polvo, la oscuridad, la decadencia. Quizás imaginaba a los espectadores, sus ilusiones cinematográficas y los conciertos de música y los aplausos y la vivencia que ahora quedaba suplantada por la ausencia y el polvo. Musicalizó el material con su Beggining, String Quartet No. 3., de 1991, otra pieza en el acervo de un genio. 
Pedazos de lo que alguna vez fue, “desastrosa belleza de la ruina”.