Crónica: EN LA FIL #25


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Vallejo, infinidad en la página

Fecha del evento: 28/11/11
Publicación: HM

Del encuentro de Fernando Vallejo con sus “lectores” (cuatro estudiantes de letras que describieron ampliamente su devoción por el autor) son muy rescatables los consejos que éste les dio.
De inicio, Vallejo prefirió sentarse entre el público para escucharlos. Los estudiantes lo llenaron de adjetivos, del fervor que sentían al haberlo leído. Le fueron demasiado leales a una obra que hay que confrontar, tanto que el propio Vallejo, cuando subió a la mesa, dijo con sarcasmo que hasta se había sentido conectado en alma con uno de ellos. Es genuino recordatorio que hay que hablar de la obra antes que de su autor. La obra sabrá si perdura o no, pero todos los autores tienen un fin, como cualquier ser humano.
El escritor premiado por la FIL tiene clara conciencia que en cada foro, cada plática, cada libro, la palabra está en juego. Alguna vez aseguró que tenía un mejor título para García Márquez: en vez de “El amor en los tiempos del cólera” debía decir “Amor en tiempos de cólera” por austeridad del lenguaje, que le beneficia. Subrayo algunos consejos, ideas e ironías que Vallejo sugirió a los que se inician en la labor de la escritura y que escuchó el público con interés.
-          “Hay una realidad detrás de las palabras”. “La vida es tremenda y muy compleja y la literatura sólo ha alcanzado a decir una mínima parte de lo que es”.
-          “Tampoco se hagan muchas ilusiones de que la literatura valga mucho la pena”.
-          “Uno es no sólo las palabras que usa sino las que nunca usaría”.
-          “Los políticos usan la verborrea para comunicarse. Ustedes (estudiantes de letras) no”.
-          “Hay que calcular todas las palabras, sopesarlas, una página pesa mucho porque puede decir infinitas cosas”.
-          “Hay que encontrar las resonancias, si pueden hacer conmovedoras las palabras”.
-          “Hay que tener una gran riqueza de vocabulario, de estructuras sintácticas. No las van a aprender en la facultad de letras porque sus profesores no las saben”.
-          “Ante todo la literatura es ritmo, son sonoridades. No palabras raras, entre más sencillas mejor.”
-          En referencia al inglés: “nos colonizaron el alma, el lenguaje, de una forma que ni nos damos cuenta.” Usamos interjecciones como “¡Guau!”.  Al escribir un mail o una carta en vez de decir Querido Pedro: decimos Querido Pedro,
-          “Cuando escribí ‘La virgen de los sicarios’ nadie conocía qué era la palabra sicario, que se usa desde hace dos mil años y que viene de daga”. Ahora todos la conocen.
-          “Intento con la biografía como género literario desbancar a la novela (...) Creo que no lo voy a lograr". Quiero innovar en ella, decir por ejemplo cómo supo lo que supo el biógrafo.