En pesadillas eventuales, 
En los quejidos a medianoche que no 
Te gusta oirme, 
En pensamientos tristes que no soy, 
Pero, sobre todo, en la sensación 
De no ser real (¿en qué otro rostro, 
En qué mano extendida lo confirmo?),
Ahí también ha de volver a brillar 
El sol de la vida que me trajo.