Pirocéfalo

Otra vez tú,
pero ahora con la espalda negra,
las alas negras y el pecho rojo.
Otra vez tú,
demencia de la creación,
brillante amanecer de cada muerto.
Y sin embargo eres sólo el presentimiento
de que eres, la sospecha
de que estás aquí, ahora.
Y sin embargo aún no estás aquí
y te has ido con desdén volando
y duele.
Al rato empacaremos y volveremos
a la ciudad, jamás lo creerías.
Pero un día te mirarán
y de este modo canto.
Porque un día te mirarán
y ese día será infinito.