Ah, pantera,
nuestro sarcasmo
es irritante.
Pero no quiero
que la vida se nos vaya
mientras aplaudimos
un concierto de Bach
(dudo de ti, Joan Sebastian Bach).

Pantera, nunca maullaste.

No está la vida
en un lugar que
haya sido descubierto.
No está la vida en un lugar.
No hay palabra para la muerte
ni en la más ardua enciclopedia.
No hay palabra, sólo hay sonido
y subsecuente comprensión.
¿Y qué inventada, remota,
estropeada comprensión?

Pantera, nunca me has visto.