¿Quién eres, pantera?
¿Por qué no te asomas?
¿Te encandilaron las ciudades,
los senos desgarbados?
Pantera, la noche es triste
cuando se duerme de día
y nos enfermamos
y caemos entre salivaciones
y sentimos hambre y fiebre.
No es cierto que la noche
haya sido bondadosa con nosotros.
No es cierto que haya justicia
o verdad.
Pantera, los hombres no estamos
de acuerdo y hay ruido en todos lados.
Somos tantas almas que parecen pocas.
No alcanzamos ni a morir.
Pantera, di qué sientes.
De qué color es tu encierro
mientras el cielo lo ilumina.
¿A qué obedeces?
¿Cuál es tu vocación?
Pantera, yo sé que estás al fin del tiempo
pero hoy no alcanzo a verte
y te llamo desde lo lejos,
desperdigado por corazón,
por desenfado,
porque hoy quisiera
y dentro de mi querer crece
una nostalgia
que es tanta y muda,
muda de época,
muda de gente,
muda de una tierra
que no llega a conocer su alba.
Y tú que vibras entre los
tallos y brillas entre las sombras.
Y el mar que regurgita
siempre muy cerca.