Verás, sonrisa triste,
levantarse una lechuza
y trepar y trepar hasta mirarte los ojos.

A dónde irás, quiero decir, a dónde irás;
y acercarme mientras respondes,
boca llena de azufre,
boca sin sonidos que se agita
pues por eso no eres muda.

Verás la casa deshojarse entre tierra y tierra.