
No tengamos prisa, pantera, que las horas no
Acurrúcate mejor aquí en la sombra.
fueron hechas por nosotros.
Acurrúcate mejor aquí en la sombra.
Y tu piel se desdibuje un rato.
Ya después caminaremos. Saldremos a la calle
a eso de las 4 que es la hora de la siesta.
Yo te diré a dónde y tú me dirás cómo.
No es tan fácil, pantera,
pero siento alivio al contemplarte.
Y quisiera cuidarte y quisiera decirte
no es tan fácil, pero veo que me andas escuchando
más allá de las voces y palabras.
¿Qué decimos?
¿Qué es lo que decimos cuando hablamos que aún decimos al callar?
¿Eres tú, negra ave de tierra?